Un power nap bien hecho puede cambiarte el día. Las siestas cortas (15–20 min) activan redes cerebrales que mejoran el enfoque, la memoria y la estabilidad emocional sin interferir con tu sueño nocturno. Investigaciones del National Institutes of Health y de la NASA muestran que incluso micro-siestas pueden aumentar el rendimiento entre un 20% y 35% y reducir la fatiga mental de forma inmediata. Y sí: mientras sean cortas, no alteran tu ciclo circadiano. Un descanso breve no es “pereza”, es regulación del sistema nervioso. Le das a tu cerebro el reinicio que necesita para pensar más claro y manejar mejor el estrés.
