Un power nap bien hecho puede cambiarte el día. Las siestas cortas (15–20 min) activan redes cerebrales que mejoran el enfoque, la memoria y la estabilidad emocional sin interferir con tu sueño nocturno. Investigaciones del National Institutes of Health y de la NASA muestran que incluso micro-siestas pueden aumentar el rendimiento entre un 20% y 35% y reducir la fatiga mental de forma inmediata. Y sí: mientras sean cortas, no alteran tu ciclo circadiano. Un descanso breve no es “pereza”, es regulación del sistema nervioso. Le das a tu cerebro el reinicio que necesita para pensar más claro y manejar mejor el estrés.
¿Alguna vez te has preguntado qué tipo de maíz consumes?¿De qué están hechas las tortillas adquiridas en los supermercados o en locales cercanos a su casa?. Hace miles de años, nuestros antepasados lo tenían como base en su alimentación; los proveía de infinidad de nutrientes, les daba energía y los mantenía sanos.
Historiadores afirman que el maíz fue un aliado en el desarrollo de la cultura mesoamericana, por ser uno de los alimentos más completos, no padecían enfermedades cardiovasculares, ellos comían de forma más natural y consumían maíz nativo. La introducción del maíz genéticamente modificado o transgénico convierte la preservación de los nativos en una ardua tarea.
