Tu cerebro no está hecho para concentrarse sin pausa todo el día. Funciona en ciclos ultradianos: cada 90 minutos necesita un mini descanso para resetearse. Ignorar esas pausas eleva el cortisol, baja tu rendimiento y agota tu creatividad. Solo 5 a 10 minutos de pausa consciente pueden marcar la diferencia: moverte, respirar, tomar agua o simplemente cerrar los ojos. No es flojera, es ciencia aplicada a tu bienestar. Un estudio en Frontiers in Psychology (Bailey & Madden, 2022) muestra que los micro descansos restauran la atención, reducen errores y mejoran la productividad. Tu mente no necesita más café, necesita pausas reales.
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